LA COCINA DE SENÉN y el Día Mundial de la Tortilla de Patatas
La Cocina de Senén ofrece, desde hace años, la mejor tortilla del supermercado (según la OCU).
El 9 de marzo se celebra el Día Mundial de la Tortilla de Patatas, un plato que emociona a casi todos los españoles y una de las recetas más famosas de nuestra gastronomía en todo el mundo. Plato estrella en bares y restaurantes para consumir a todas horas del día, desde el desayuno diario hasta la recena de una boda, y una de las recetas estrella de cocineros amateur en casa, también se puede comprar pre-cocinada en el supermercado.
En este terreno, la OCU reconoce desde hace años que la estrella –y con mucha diferencia de la segunda opción– es la tortilla de patatas que ofrece el chef vitoriano Senén González, a través de su marca La Cocina de Senén. Se compra congelada y bastan 5 minutos para terminarla en casa. Se presenta en tres versiones: con cebolla, sin cebolla y con trufa negra y también hay 2 tamaños diferentes.
La Tortilla de Senén se elabora como en el restaurante, con fuego, aceite de oliva y meneando la patata para que quede pochada y con un toque caramelizado. El proceso a día de hoy está industrializado y se fabrica con una tecnología creada explícitamente para este producto que permite hacer la patata como si fuera en la sartén de casa, sólo que de forma mecánica. No se emplean grandes freidoras porque éstas no permiten el contacto de la patata con la sartén, que es una de las claves y la obsesión de Senén, que busca el efecto de la “sartén machacada de San Ignacio” que usaba su madre para freír, y que dejaba la patata pochada, rota y agarrada al fondo. Esas cuatro texturas –patata frita, cocida y tostada– y la cebolla caramelizada se encuentran en esta tortilla congelada.
La historia de éxito de “La Tortilla de Senén” comenzó cuando ganó el Campeonato de España de Tortilla de Patatas 2010, una prueba complicada conde competía con otros cocineros y las auténticas maestras de la tortilla, amas de casa que han sido además el referente de Senén para lograr la receta perfecta. Esa noticia recorrió el mundo, y muchos españoles que vivían fuera estaban deseosos de probar esa tortilla ganadora. De ahí surgió la idea de crear una tortilla que pudiera viajar, algo que se materializó en la cocina de I+D+i en forma de una auténtica tortilla que se congelaba y luego se regeneraba antes de comer. La sorpresa para el consumidor era que el producto no perdía nada de sabor ni textura en el proceso. El éxito fue inmediato.
"Una tortilla jugosa, con una patata pochada, de textura agradable" (OCU)
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