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Salón D.O. VINOS DE MADRID, comprometido con la tierra

El XXIII Salón D.O. Vinos de Madrid se celebró con una afluencia masiva de profesionales del mundo del vino.
  • POR Miguel Peraqui

  • FOTOS y DOCs: DO Vinos de Madrid · Restaurante Lhardy · Calduch Comunicación · Revista Restauradores



  • La semana pasada, comprometidos por la invitación del Presidente del Consejo Regulador de la DO Vinos de Madrid a través de nuestro apreciado y respetado Enrique Calduch y todo su equipo de Calduch Comunicación, disfrutamos de una completa jornada enogastronómica de explícito acento madrileño.

  • Fuimos obsequiados con la esencia y el sabor vitivinícola y culinario, tanto del Madrid capitalino como del Madrid rural. Hilos sensoriales de conducción al placer: el XXIII Salón de los vinos de Madrid y un magnífico Cocido madrileño, en otra institución de su alta restauración pública: el restaurante Lhardy.



Así que el pasado lunes, 6 de noviembre, empezó a amanecer para Revista Restauradores a media mañana en el afamado Km 0 de la madrileñísima Puerta del Sol, haciendo cola –nutrida fila– para entrar en la Real Casa de Correos –el edificio más antiguo de la Puerta del Sol (data de la segunda mitad del siglo XVIII), por añadidura hoy sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. En su patio interior de entrada nos esperaban –a Revista Restauradores y al millar largo de visitantes que acudieron a lo largo de la jornada completa– los vinos expuestos por las 27 bodegas de la Denominación de Origen Vinos de Madrid, que participaron en el Salón. Degustación y disfrute asegurado.



El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de Madrid, nacido en 1990, ampara hoy en día a 45 bodegas, y está presente en 70 municipios madrileños, pertenecientes a las cuatro subzonas que conforman la D.O.: Arganda, Navalcarnero, San Martín de Valdeiglesias y El Molar. Por calidad y por cantidad, imposible no salir de allí con una sincera sonrisa. Vinos madrileños; buenos y muy buenos vinos, tuvimos la fortuna de catar, descubrir, degustar junto a alguno de los Quesos La Cabezuela –que como en los últimos salones celebrados, volvió a ofrecer su suculento maridaje a los vinos expuestos en esta edición–.



Con toda franqueza, creemos que fue un disfrute compartido con los –más o menos ilustres, más o menos anónimos– visitantes profesionales: Agentes del mundo del vino, restauradores, tiendas especializadas, distribuidores, compradores de grandes superficies, sumilleres, prensa especializada y generalista…, junto con personalidades procedentes de ayuntamientos de la Comunidad de Madrid, así como diputados de su Asamblea. De los vinos probados, podríamos destacar referencias. Eso sería fácil –o difícil…



Pero eso ya queda un poco dentro del gusto personal y, además, en este tipo de salones “masivos” nos parece casi obsceno destacar a unos sobre otros, dado el buen nivel y la creciente calidad de las propuestas y filosofía de los proyectos –tanto de las renovadas referencias históricas, como de los emergentes y novedosos propósitos enológicos–. Les dejamos aquí el listado de las bodegas participantes y les invitamos, les instamos, a descubrirlas. Enoturismo madrileño; un buen plan de fin de semana, por qué no, eligiendo alguna de las numerosas “Rutas del Vino” que propone la DO y la Comunidad (ver www.madridenoturismo.org y/o consultar en info@madridrutasdelvino.es o en los teléfonos 910 254 919 y 691 1222 462). Van a comprobar que hay historias emocionantes, sorprendentes y, ante todo, vinos muy interesantes.


  • Vinos y Aceites Laguna

  • Bodega Virgen de la Poveda

  • El Regajal

  • Vinícola de Arganda

  • Bodega eco. Luis Saavedra

  • Las Moradas de San Martin

  • Ca' di Mat

  • Bodega del Nero

  • A pie de tierra

  • Bodegas Morate

  • Recespaña S. Coop.

  • Viña Bayona

  • Viña Bardela

  • Bodega San Esteban

  • Tinta Castiza

  • Valleyglesias

  • Bodegas Muñoz Martín

  • Bodegas Andres Morate

  • Cuarto Lote

  • Bodegas y Viñedos Pedro García

  • Bodega Coop. Cristo del Humilladero

  • Bodegas Andrés Díaz

  • Bodegas Figueroa

  • Vinos Jeromín

  • Familia Cardeña

  • Bodegas Licinia y Muss

  • Bodegas Tagonius

  • Royuela Cheese Quesos La Cabezuela


Jóvenes prebostes y ascendientes veteranos del mundo de la comunicación y el negocio del vino, es decir, la generalidad de la audiencia mencionada arriba, constituyó el grueso del público que acudió y se entregó al XXIII Salón de los Vinos de Madrid. Quedó remarcado el alto nivel de los vinos participantes y, además, se subrayó la relevancia y transcendencia a todos los niveles –etnográficos, económicos y culturales– del vino en las diferentes comarcas de la provincia madrileña. Así lo rubricaron en los prolegómenos en sendos discursos oficiales –en el acto oficial e institucional de apertura y bienvenida del encuentro– tanto el Viceconsejero de Agricultura, Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, Rafael García González, como el Presidente de la Denominación de Origen Vinos de Madrid, Antonio Reguilón Botello.



Tras apertura y presentación del acto a cargo de Moisés Rodríguez, presentador de informativos de TVE, en representación del gobierno de la Comunidad de Madrid Rafael García González ofreció en su discurso un resumen y recorrido histórico, así como el avance estructural de las comarcas y subzonas que componen la Denominación de Origen (casi 9.000 hectáreas de viñedo acogidas a la DO), su compromiso con la innovación enológica, la capacidad para captar talento a través de nuevos proyectos y apuestas por el emprendimiento... Este Salón del Vino madrileño, es, según reconoció, una muestra de esa apuesta por la calidad agropecuaria, vitivinícola y enológica de sus actores protagonistas. Y el hecho de celebrarse en la misma Casa de Correos, es una muestra explícita del orgullo, implicación y compromiso del Gobierno de la Comunidad de Madrid en el apoyo y promoción del sector, del propio Salón y de la D.O. Vinos de Madrid. En definitiva, un brindis por todas las bodegas y cooperativas madrileñas y, también, por muchas ediciones de este encuentro para profesionales del sector.



Por su parte, Antonio Reguilón Botello, Presidente de la Denominación de Origen Vinos de Madrid, coincidió con el Viceconsejero de Agricultura, Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid en la incidencia positiva y la importancia de mantener viva la cultura vinícola de la región de Madrid, así como la importancia económica del afianzamiento de las acciones e inversiones del sector bodeguero; tanto en la propia actividad agropecuaria, la consecuente fijación de población rural madrileña y su beneficioso efecto sobre el paisaje y naturaleza de los respectivos entornos; como en el desarrollo de una propuesta de turismo enogastronómico, histórico-artístico, monumental y cultural, motor a su vez de las propias economías rurales en que se despliegan.



Así lo volvió a destacar en la segunda parte de nuestro encuentro; en el almuerzo organizado por Calduch Comunicación con diferentes medios en el también mítico Salón Japonés –u 'Oriental' del emblemático restaurante Lhardy. De este modo, apenas un par de minutos andando después, hasta llegar desde el Km 0 de España al número ocho de la Carrera de San Jerónimo, nos disponíamos a degustar su afamado Cocido madrileño, acompañado de una amplia selección de destacados vinos madrileños.



En este capítulo aparte de la jornada, ya de forma más sosegada, Antonio Reguilón, el presidente de la DO Vinos de Madrid, pudo conversar con la concurrencia desde los aperitivos sobre peculiaridades de los vinos madrileños, garnachas de San Martín o de Cadalso, tempranillos de Arganda, cepas viejas, altitudes, suelos… “Los vinos de Madrid hay que probarlos todos, porque son muy diferentes unos de otros. Se están haciendo las cosas cada vez mejor. Estamos en cartas de restaurantes pero lo que nos falta es estar en las barras; que lo mismo que la gente pide un rioja o un ribera, pida un vino de Madrid (eso sí, bien cuidado y que sea bueno para el tapeo)”.



Por otra parte, lo que significa vivir un vino de Madrid es recuperar vida, historia y cultura en muchísimos pueblos de la Comunidad. Antonio Reguilón concretó en una setentena, el número de municipios que están colaborando con la DO para ampliar la oferta, posibilidades y rutas enoturísticas en la región. “Hay que mantener esa cultura, porque si no se perderá y se arrancará todo el viñedo de Madrid. Tenemos que enfrentarnos a algunas amenazas como las fotovoltaicas, que vienen con mucho dinero y están aprovechando que el agricultor gana poco con la venta de su uva. Imaginaros lo que es ir por la carretera, en un paisaje de viñedos, por ejemplo en Cadalso de los Vidrios, y encontrase un mar de espejos. Y es algo que ya está ocurriendo (en Arganda, en Colmenar de Oreja…)… Es demoledor. Es muy importante mantener la cultura del vino en Madrid. Es un milagro tener viñedos centenarios a 20 minutos de Madrid capital. Es fundamental para los municipios. El enoturismo atrae a visitantes de una bodega que, a su vez descubren el patrimonio. Eso supone una riqueza tremenda para los pueblos. Que una persona se gaste 150-170 euros un fin de semana en ese pueblo, es un ingreso que no te trae ningún otro tipo de turismo. Y además, la gente lo disfruta”. De hecho, hay unos 140 socios y 25 bodegas y otros tantos municipios directamente integradas en la organización de las Rutas del Vino de Madrid.



Además, Reguilón destacó también la cuestión de la tan traída y tan llevada sostenibilidad, pero bien traída en este caso. “Después de Toro, somos la comunidad autónoma con más cepas viejas… Y de cepas dede secano, probablemente la primera. Hay que mantenerlo. El viñedo es un cortafuego natural. Y después, traer un vino a la capital, que está a 20 minutos, la huella de carbono que provoca es nula. Es producto Km 0”. Y desde aquí, la conversación, entrelazada con las viandas, ambas perfecta, diversa y sucintamente regadas con referencias exclusivas D.O. Vinos de Madrid, fue a parar hasta el infinito y más allá. Historias de familias, de tradición, el 80% de bodegas de Madrid son de 4ª y 5ª generación, cosecha de unos 10 millones de kg de uva, alto porcentaje de exportación, haber alcanzado el nº 3 en supermercados y lineales de Madrid por detrás sólo de Rioja del Duero y Rioja, numerosos premios, varios garnachas en Parker por encima de 96 puntos, incluso alguno de 100, etc, etc, etc.



Y de este modo fluyó el almuerzo, en el que fueron desfilando numerosas referencias, componiendo una pasarela enológica y vitivinícola de Madrid de lo más variopinta, compleja y completa –tal como nos había anticipado minutos antes su presidente–Y ya que hablamos de escenarios, no podemos obviar el influjo especial que emana del Salón Japonés de Lhardy. El restaurante, que ahora pertenece a Pescaderías Coruñesas, nos habían contado que ha recuperado la valoración y calidad de su propuesta gastronómica. Nosotros apostamos por el famoso Cocido madrileño. Y acertamos. Sopa con fideos cabello de ángel, Garbanzo de pico pardal de Astorga, Repollo y zanahoria de Carabaña, Patata de Granja de los Monjes, Chorizo de León, Morcilla del Valle de Arán, Longaniza trufada de cerdos de Euskal Txerri, Tocino ibérico, Morcillo de buey gallego, Tuétano de vaca gallega, Jamón ibérico de Huelva, Crujiente de oreja ibérica con salsa brava Lhardy, Costilla ibérica de Sierra de Villuercas y Relleno de cocido de ropa vieja.



Realmente nos retrotrajo a esos sabores puros, llenos de sustancia y plenos de sabor de la cocina de nuestras madres –¿se nos permite la licencia personal de decir “época Baby boom”?–. . Memoria gustativa al poder. Fue realmente gratificante sentirse en la casa natal por unos momentos, al abrigo de gratas compañías y de agradables conversaciones, con el origen y la excusa de los buenos vinos de la buena gente de Madrid. Y para remate, el mítico Soufflé de Lhardy, con su servicio rematado en sala ante el comensal, como mandan los cánones de la buena mesa y las buenas maneras.



Y todo ello, además, bajo la luz especial de la historia que alumbra este Salón “Oriental” del restaurante: las lámparas (como la china, de la que solamente hay dos en el mundo y, según nos contaron, fue un regalo de Víctor Hugo), el papel pintado de oro de sus paredes (regalo de un emperador japonés), las lámparas antiguas de gas… y toda esa intrahistoria de reuniones sobre mil y una historias, como la fundación del diario ABC, la Cofradía de la Buena Mesa con Rafael Anson, la Real Academia Española de Gastronomía, mesas imperiales, el hecho de ser el único espacio de restauración que permitía en su momento el servicio a mujeres, puertas secretas utilizadas por la legendaria espía Mata Hari...



Un salón histórico, sin duda, que nos sirvió a Revista Restauradores para culminar de la mejor manera posible el 23º Salón de los Vinos de Madrid; también página ya de historia, ya que remonta su primera edición ya al siglo pasado, en concreto al año 1998. Con el tiempo, se ha convertido en una cita obligada anual con el sector profesional del mundo del vino madrileño. Año a año, sigue creciendo y confirmándose, reflejándose en el propio crecimiento de sus protagonistas, las bodegas y viticultores de la DO Vinos de Madrid. ¡Larga vida a los bacos y dionisos madrileños… que corra el buen vino y no decaiga la fiesta en Madrid!



  • Brindamos con y por vosotros. Muchas gracias por compartir.

  • Ánimo y felicidades. Cheers!!!


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